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  • Foto del escritorJessica Servín

Así puedes dejar de comerte tus sentimientos

Y es que, ¿quién de nosotros cuando estamos nerviosos, estresados o hasta tristes, comemos como locos o dejamos de comer? Pues a eso se le llama alimentación emocional.

"Uno de los problemas con la alimentación emocional es que afecta cómo te sientes físicamente. Comer en exceso puede reducir tu nivel de energía, causar dolores de cabeza y, en general, conlleva al aumento de peso", dice Kasey Kilpatrick, nutrióloga del Hospital Houston Methodist. "El otro problema es que comer no funciona para resolver las emociones incómodas.

Entonces ¿cómo surge o qué provoca esto en mi?

La nutrióloga señala que la causa de ello es: “uno, que tu comportamiento se debe a una falta de autocontrol percibida y dos, que estás usando una “solución” con alimentos para combatir un problema emocional”.

Pero la verdad es que procesar las emociones es un trabajo duro, especialmente en estos momentos en los que muchos de nosotros no hemos encontrado un trabajo o no hemos recuperado nuestro sueldo y, obviamente, nos ha afectado los cambio que la pandemia nos ha dejado en nuestra vida.

Pues bien, para ¡superar esta alimentación emocional! Los expertos del Hospital Houston Methodist recomiendan:

1. Reconoce el comportamiento sin juzgarte a ti mismo. El primer paso para abordar eficazmente la alimentación emocional es simplemente reconocer que lo estás haciendo. Acepta y entiende tu comportamiento, sin juzgarte.

2. Encuentra una solución emocional a tu problema emocional. Para ir más allá de la alimentación emocional, necesitas sentir y reflexionar tu propia emoción, y encontrar una solución productiva para resolverla. Bueno, eso depende tanto de ti como persona, como de la emoción particular con la que estás lidiando.

Guía para combatir la alimentación emocional

Si tienes estrés: ejercicios de respiración, meditación o encontrar un lugar tranquilo para pasear.

Si te sientes sol@: envía mensajes de texto, haz llamadas o videollamadas con un amigo o un ser querido

Si estás tristes: haz una lista de las cosas por las que estás agradecido

Si sientes ansiedad: acude a un amigo de confianza, pasa tiempo con tu mascota o considera comunicarte con un consejero o terapeuta.

Pero sobre todo, tente paciencia, “un paso a la vez” y si te tienes que regresar, no importa, ¡lo lograrás!


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