1. Come un plátano maduro. El alto contenido de potasio de un plátano lo convierte en un alimento bastante alcalino, lo que significa que puede ayudar a aliviar el ácido estomacal que irrita el esófago. Otros alimentos alcalinos que pueden ayudar son: melón, coliflor, hinojo y nueces.
2. Mastica chicle sin azúcar. Esto aumenta la producción de saliva y ayuda a reducir la acidez estomacal, ya que la saliva puede ayudar a promover la deglución, lo que influye en mantener el ácido bajo, y neutralizar el ácido estomacal que se regresa hacia el esófago.
3. Anota lo que comes. Mantén un registro de tus comidas y síntomas, podrás identificar los alimentos específicos que tienen más probabilidades de causarte malestar. Una vez que los identifiques, evítalos siempre que sea posible.
4. Resiste el impulso de comer en exceso o rápidamente. Tener una gran cantidad de alimentos en el estómago puede ejercer más presión sobre la válvula que mantiene el ácido estomacal fuera del esófago. Si eres propenso a la acidez, come platos más pequeños, pero con más frecuencia y tómate tu tiempo para masticar y disfrutar tus alimentos.
5. Ojo con las comidas tardías. No te acuestes con el estómago lleno. Evita comer dentro de las 3 horas previas a tu hora de dormir y esperar, al menos, dos horas antes de hacer ejercicio.
6. Usa ropa holgada. No utilices cinturones ajustados ni ropa que apriete tu vientre, ya que pueden estar contribuyendo a tus síntomas.
7. Ajusta tu posición para dormir. Eleva la cabeza y el pecho más alto que los pies mientras duermes, puede ayudarte a prevenir la acidez estomacal. Se cree también que dormir sobre el lado izquierdo facilita la digestión y puede funcionar para limitar el reflujo estomacal.
8. Toma medidas para perder peso, si tienes sobrepeso. Mantén una dieta balanceada y haz 150 minutos de actividad física por semana, son los dos primeros pasos para mantener un peso saludable.
9. Deja de fumar (si fumas). Esto impacta negativamente en la efectividad de la válvula que evita que el ácido estomacal ingrese al esófago. Dejar de fumar puede reducir la frecuencia y la gravedad del reflujo ácido y, en algunos casos, incluso eliminarlo.
10. Reduce el estrés. El estrés crónico tiene un costo físico en tu cuerpo; lo hace más sensible al dolor y desacelera la digestión. Cuanto más tiempo permanezca la comida en el estómago, más probable será que el ácido estomacal refluya hacia el esófago. Y al tener mayor sensibilidad al dolor, sentirás más molestias por el ardor de la acidez estomacal.
**Con información de Hospital Houston Methodist.
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