1. El nuevo viajero tiene que estar informado. Sabe que si sigue las pautas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el riesgo de transmisión en cualquier lugar se reducirá significativamente.
2. Entiende que no es lo mismo “ponte el cubreboca” que “sin cubreboca no puedes entrar”. Debe respetarse él primero y así respetar la salud y libertad de los demás.
3. Cuida su entorno. Si visita un museo, parque o centro comercial, trata de fingir que otras personas son cocodrilos hambrientos y deberá mantenerse alejado de ellos. Es decir, respeta siempre la distancia de un metro y medio.
4. Antes de decidir dónde hospedarse evalúa cómo los hoteleros están cuidando a sus empleados frente a la pandemia, ese será un buen medidor para saber si también cuidarán de él.
5. Sabe que es mejor elegir un crucero, tren, avión, restaurante y hotel que base sus protocolos de limpieza en la ciencia, que uno que no.
6. Es amable y comprensivo a donde quiera que va. Hay que recordar que se está en una situación extraordinaria y que todos estamos aprendiendo. ¡Paciencia!
7. Nunca olvida su gel antibacterial, cubreboca y documentos de viaje escaneados o en fotografías dentro de su celular o disponibles en la nube. Esto facilitará mostrar la información de manera más segura ante el uso activo de la digitalización (QR code).
8. Trata de ser un ejemplo con acciones que reactiven el turismo y así todos podamos volver a viajar, como el de limpia las superficies que va tocando con toallitas desinfectantes para prevenir cualquier contagio como manijas de puertas, controles remotos e interruptores de luz.
9. Tiene un seguro de viaje que incluye, entre otras cosas, cobertura ante la interrupción de su viaje o si enferma mientras viaja, así como si tiene que regresar a su país antes de lo esperado.
10. Difunde información útil y responsable a través de sus redes sociales para que otros viajeros se sientan seguro de viajar pese a esta situación sanitaria por la que pasa el mundo.